Una tarde una mamá mandó a su hija a llevarle la comida a su abuelita.
Le dijo: no hables con extraños.
La hija iba caminando y se encontró al lobo. le dijo. ¿A dónde vas Caperucita? y ella le respondió:
-Voy para la casa de mi abuelita.
La mandé por el camino más largo y yo así llegué primero a la casa de la abuelita.
Le dije cuando la oí tocar la puerta:
-Entra Caperucita.
-¿Qué ojos tan grandes tienes?
-Son para verte mejor.
-¿Qué boca tan grande tienes?
-Es para comerte mejor.
Caperucita gritó aaaaaaaaaaaaaaaaaaay
El cazador la escuchó y llegó corriendo, me disparó en una pata.
Después me convidaron con pasteles y nos hicimos amigos.
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